Otro
aspecto importante a considerar es la manera en cómo se logran desarrollar las
competencias, sin duda alguna se requieren practicarse, sino se practican o se
usan no se desarrollan, las competencias se logran desarrollar en gran medida
al momento de entrar en situaciones de conflicto cognitivo los cuales modifican
nuestros esquemas o parcelas de conocimiento logrando con esto buscar
soluciones o alternativas y aplicarlas con base en conocimientos o habilidades
anteriores. El desarrollo de las competencias en gran medida se debe a la
interacción entre personas y el ambiente, así como acciones sucesivas que
marcan un antecedente y una consecuencia, aspectos como problemas,
experimentación, búsqueda de causas, efectos constituyen parte importante en
dicho desarrollo (Fradé, 2009:11-12)
Se
ha hablado tanto de competencias en los últimos años que dicho término se ha
visto se ha mal entendió o se han dado un sinfín de conceptualizaciones que no
ha quedado claro qué son la
competencias y de qué manera podemos aplicarlas dentro y fuera de nuestro salón
de clases, de esta manera se proponen dos conceptualización:
La competencia es una
construcción, es el resultado de una combinación pertinente de varios recursos… Una persona
competente es una persona que sabe
actuar de manera pertinente en un contexto particular, eligiendo y
movilizando un equipamiento doble de
recursos: recursos personales (conocimientos, saber hacer, cualidades, cultura, recursos emocionales…) y
recursos de redes (bancos de datos, redes documentales, redes de experiencia
especializada, etc.)… Saber actuar de forma
pertinente supone ser capaz de realizar un conjunto de actividades según
ciertos criterios deseables. (Le Boterf, 2001:5).
Una competencia es un saber
desenvolverse complejo, resultante de la
integración, de la movilización y de la disposición de un conjunto de
capacidades y habilidades (de orden
cognitivo, afectivo, psicomotor o social) y de conocimientos (conocimientos declarativos) utilizados de
manera eficaz, en situaciones que tienen un carácter común. (Lasnier, 2000:32)
Una
vez definido los conceptos, es importante destacar que las nuevas políticas
nacionales y extranjeras han volcado las condiciones de trabajo en las
instituciones educativas y han buscado la manera de permear en la sociedad
dichos la parte práctica de los conocimientos adquiridos en la institución, es
decir, se ha buscado por diversos medio preparar al individuo a saber resolver
problemas de la vida diaria y reestructurar sus esquemas cognitivos de modo a
lograr un ser sociable, constructor de saberes y sobre todo analista en la
resolución de problemas.
Es
importante destacar que se hace evidente en el área educativa determinar cuáles
competencias se requieren implementar en los diversos niveles, del mismo modo
poner a la luz los mecanismos para que estas se apliquen, esto con el propósito
de brindarle a los docentes los mecanismos adecuados para evitar que surgen
problemas al momento de implementarlas dentro o fuera del aula.
En
lo que respecta a la sociedad, sin duda alguna entramos a una era en la cual
los mecanismos para las nuevas contrataciones en el mercado laboral cada día
son más exigente, los nuevos contratos se encaminan a lograr un mayor
rendimiento por parte del empleado, es decir se busca que las nuevas
contrataciones cumplan con perfiles en los cuales el personal cuente con
conocimientos tanto teóricos como prácticos principalmente, es decir cuente con
la capacidad de resolver problemas, y poner a la luz sus actitudes y técnicas para
enfrentarse a problemas que requieren un alto grado de razonamiento y práctica.
De
este modo en México a pesar de tener ya algunos años tratando de implementar
las competencias en las instituciones se ha hecho difícil esta tarea, hoy en
día las instituciones por fin han comenzado adoptar dicho modelo debido a las
exigencias antes mostrada con el principal objetivo de ponerse a la vanguardia
en relación a países de primer mundo.
Conforme
a Guzmán (2009), la educación basada en competencias es una modalidad educativa
en la cual, a partir de normas de competencia laboral o profesional obtenidas
de los requerimientos del sector productivo y de servicios, se forma al
educando mediante una metodología de enseñanza que enfatiza el saber hacer y
utiliza una organización e infraestructura similares a las del ámbito donde dichas
competencias se efectuarán. No obstante, de ser ese su origen ahora ha pasado
al medio educativo donde se han formulado las llamadas competencias educativas,
como las desarrolladas en la educación básica o media superior, siendo el punto
de partida las necesidades formativas de los educandos y lo que deben adquirir
como parte de una educación integral, que algunos llaman "las competencias
para la vida".
Es
importante mencionar que las competencias surgieron hace algunas décadas en
otros países, en México esta modalidad pasó de noche debido a la gran variedad
de significados con los que entró al país, actualmente aún no existe un
concepto bien claro y uniforme acerca de lo que son las competencias pero una
cosa es segura, las nuevas políticas nacionales y extranjeras han obligado a
las diversas instituciones y empresas a incorporarlas dentro de sus programas.
Entendemos
por competencia aquel desempeño complejo donde se manifiesta un conjunto
integrado de saberes de tipo teórico, de habilidad y actitudinal, puestos en
juego por una persona para responder a demandas de un determinado contexto y
que son empleados para obtener un producto, resultado o lograr cambios
favorables con respecto a una situación inicial (Guzmán, 2009: 12).
En
otras palabras las competencias son el punto que integra al conocimiento,
habilidades y actitudes en un individuo, las cuales se movilizan de forma
integral en contextos muy específicos; son los recursos cognitivos del sujeto
para lograr integrar los conocimientos, actitudes y habilidades para poder
actuar de forma efectiva en situaciones, responder a preguntas o resolver
problemas.
Conforme
a Guzmán (2009), la competencia se distingue también por sus tipos, hay muchas
maneras de clasificarlas, la más común es concebirlas en tres clases: básicas,
genéricas y específicas.
- Las básicas se refieren al conjunto de destrezas necesarias para que cualquier persona se desempeñe en su cotidianidad, son el fundamento para poder desarrollar otras más complejas y sirven para poder efectuar una actividad, aún la menos calificada, como son: leer, resolver operaciones aritméticas elementales, saber comunicarse correctamente en forma oral y escrita.
- Las genéricas son las que permiten desempeños comunes a diversas ocupaciones, ramas de actividad productiva o áreas curriculares, ejemplos de esta son: la habilidad para analizar e interpretar información, organizar el propio trabajo y el de los demás, investigar, planear, trabajar en equipo, aplicar en las distintas asignaturas lo ecológico o el tema de los derechos humanos, efectuar el trabajo con higiene y seguridad, dar buena atención al cliente, etc. Cuando este tipo de competencia se aplica en el currículo constituyen los llamados temas transversales, los cuales permean todo el programa académico por que se consideran cruciales para todos los estudiantes por eso deben de aprenderlos independientemente de sus preferencias personales o profesionales.
- Finalmente las competencias específicas se refieren a los saberes y procedimientos técnicos vinculados a una función productiva concreta o un tema curricular particular. Es lo característico o peculiar de cada especialidad del campo del trabajo por ejemplo, poder seleccionar y operar instrumentos para corte y pulido de piezas de metal, ajustar los controles de máquinas y herramientas de tipo semiautomático; o revisar lo propio de las disciplinas curriculares como historia, matemáticas, lengua y redacción, etc.
A lo
largo de los últimos años se han hecho un
sin fin de estudios acerca del impacto que han tenido las competencias
en los distintos niveles educativos, algunos estudios muestran grandes avances
en este caminar, sin embargo otros se han quedado en el camino y han abandonado
dicho modelo debido a la falta de información o capacitación del cuerpo docente
o autoridades educativas. De mismo modo existen diversas clasificaciones que se
les han asignado a las competencias como la mostrada anteriormente y las que se
mostrarán más adelante, lo importante en esto es tener claro qué son las
competencias, cómo se aplican, para qué se aplican y por qué deben de
aplicarse, una vez respondiendo estas preguntas se puede marcar el camino a
seguir en dicho proceso de adopción de las mismas.
En resumen, los
rasgos distintivos de las competencias son:
·
Implica
siempre un desempeño o una ejecución y no se limita al saber mucha teoría
·
Logra
los resultados deseados de manera consistente
·
Involucra
un pleno dominio de campos generales como particulares o un ámbito determinado
·
Integra
de manera armónica los tres tipos de conocimientos, saber, saber hacer y saber
ser para actuar o comportarse de determinada manera de acuerdo a las
circunstancias y al tipo de demandas del contexto
·
Es
contextual, ya que éste determina lo adecuado o no de la competencia-. Es
decir, no hay "buenas" o "malas" competencias sino
pertinentes o no pertinentes
·
Cumplir
con los criterios de calidad demandados
·
Ser
producto de un largo proceso de aprendizaje donde se pasa por varias etapas y
requiere haber realizado mucha práctica
·
Su
despliegue no es rígido sino flexible, estratégico y adecuado
·
Presentada
en diferentes tipos y con distintos niveles que van desde el inexperto o novato
hasta el experto o competente.
Mucho
se ha dicho acerca de qué competencias son las adecuadas y de qué manera
aplicarlas en el salón de clases, conforme a lo anterior se hace evidente
señalar que dichas competencias propuestas constituyen mecanismos de gran
interés para el docente ya que tienen como objetivo desarrollar al máximo el
pensamiento crítico del alumno y poner en evidencia los conocimientos y
destrezas de éste, al momento de resolver problemas tanto dentro como fuera del
aula.
Perrenoud
(2004), menciona diez dominios de competencias las cuales se consideran
prioritarias en la formación continua del profesor de primaria:
1.
Organizar y animar
situaciones de aprendizaje.
2.
Gestionar la
progresión de los aprendizajes.
3.
Elaborar y hacer
evolucionar dispositivos de diferenciación.
4.
Implicar a los
alumnos en su aprendizaje y en su trabajo.
5.
Trabajar en equipo.
6.
Participar en la
gestión de la escuela.
7.
Informar e implicar
a los padres.
8.
Utilizar las nuevas
tecnologías.
9.
Afrontar los
deberes y los dilemas éticos de la profesión.
10. Organizar la propia formación continua.
En
el caso de la Educación Superior Checchia (2009), señala que los nuevos
espacios de convergencia en Educación Superior parten de una decisión
estratégica que apunta al desarrollo curricular por competencias y a partir de
ahí, la de configurar la formación en función del estudiante requiriendo una
renovación profunda de los principios y
valores que sostienen la función docente en la institución universitaria.
Sin
duda alguna aplicar las competencias en el Nivel Superior no es una tarea
sencilla pero si necesaria, esto debido a que el alumno se prepara para
ingresar al mercado laboral donde pondrá a prueba dichas competencias, el mundo
está cambiando y las exigencias que ha traído consigo la globalización han
puesto en evidencia la necesidad de contar con capital humano mejor preparado
que sepa resolver problemáticas y enfrentarse a diversos cambios que modifican
sus esquemas cognitivos.
De
este modo Fernández (2009), señala que la formación basada en competencias
supone por tanto, una integración de saberes, relacionados con funciones y
tareas profesionales a realizar o desarrollar en las situaciones de trabajo.
Únicamente de esa integración surgirá la competencia de acción profesional. En
dicha articulación de saberes intervendrá:
1. Una
competencia técnica (saber): en la que se domine como experto las tareas y
contenidos de su ámbito de trabajo, y los conocimientos y destrezas necesarios
para ello;
2. Una
competencia metodológica (saber hacer): que supone saber reaccionar, aplicando
el procedimiento adecuado a las tareas encomendadas y a las irregularidades que
se presenten, encontrando de forma independiente vías de solución y
transfiriendo, adecuadamente, las experiencias adquiridas a otros problemas de
trabajo;
3. Una
competencia social (saber ser): implica colaborar con otras personas de forma
comunicativa y constructiva, mostrando un comportamiento orientado al grupo y
favoreciendo el entendimiento interpersonal;
4. Una
competencia participativa (saber estar): conlleva participar en la organización
de su puesto de trabajo y de su entorno laboral, siendo capaz de organizar y
decidir, estando dispuesto a aceptar responsabilidades.
Es importante destacar que toda
actividad exige la presencia de un número variado de competencias, para ser realizada con calidad. La competencia ha sido
definida como un conjunto de conocimientos, saber hacer, habilidades y
aptitudes que permiten a los profesionales desempeñar y desarrollar roles de
trabajo en los niveles requeridos para el empleo.
Hablar de las competencias que un
docente debe desarrollar es un tema novedoso, sin embargo, caracterizarlas, nos
ayuda a orientar nuestra función hacia la formación integral del alumnado y al
logro de la calidad en la educación.
*Zabalza
(2003), señala diez competencias profesionales del docente universitario:
*Planificar el proceso de enseñanza
aprendizaje.
*Seleccionar y preparar los contenidos
disciplinares.
*Ofrecer información y explicaciones
comprensibles y bien organizadas.
*Manejo de la nueva tecnología.
*Diseñar la metodología y organizar las
actividades.
* Comunicarse-relacionarse con los alumnos
*Tutorizar
*Evaluar
*Reflexionar e investigar sobre la enseñanza.
* Identificarse con la institución y trabajar
en equipo.
Para
finalizar es importante destacar que las competencias representan un tema a reflexionar
para gran parte de las instituciones educativas de los diversos niveles; la
relativa juventud en la incorporación en los diseños curriculares y en la
formación docente hace que su edificación todavía necesite nuevos ajustes. No
obstante, las instituciones necesitan ir avanzando a las demandas que exigen la
sociedad de conocimiento, tratando de dar respuesta a esta sociedad del
aprendizaje, sin dejar de lado su libertad académica y su autonomía
institucional.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Checchia,
B. (2009). Las competencias del docente
universitario. Consultado el día 23 de Mayo de 2013 de http://www.fvet.uba.ar/institucional/subir/adjuntos/userfiles/COMPETENCIASDOCENTES.pdf
Fernández,
E. (2009). El discurso de la formación
basada en competencias profesionales. Un análisis crítico de la formación
inicial de profesionales en la Educación Superior. Consultado el día 23 de
Mayo de 2013 de http://www.aufop.com/aufop/uploaded_files/articulos/1240873240.pdf
Fradé,
L. (2009). Desarrollo de competencias en
educación básica. Consultado el día 22 de Mayo de 2013 de http://funcionpedagogica.files.wordpress.com/2010/01/laura-frade-competencias.pdf
Guzmán, J. C. (s/a) Cómo evaluar competencias educativas. Consultado el día 22 de Mayo
de 2013 de http://www.psicomeditores.com/jesuscarlosguzman.html
Lasnier,
F. (2000). Reússir la formation par compétences. Guérin, Montreal.
Le
Boterf, G. (2001). Ingeniería de las competencias. Gestión 2000, Barcelona.
Perrenoud,
P. (2004). Diez nuevas competencias para
enseñar. SEP, México.
Zabalza,
M. A. (2003) Competencias docentes del
profesorado universitario. Narcea, España.
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